Durante mucho tiempo, nos han enseñado que la pasión en la pareja es como un fuego que necesita encenderse con intensidad… y que, inevitablemente, se apaga con el tiempo. Pero ¿y si te dijera que existe otra forma de vivir la intimidad, una que no se consume, sino que se profundiza con los años? Esa forma se llama Karezza, y aunque suene exótica, su esencia es profundamente natural.
Más allá del placer inmediato
Karezza es una práctica de intimidad consciente que se basa en el vínculo afectivo, no en la búsqueda del clímax. A diferencia de las formas tradicionales de sexualidad centradas en la excitación y el orgasmo como objetivo principal, Karezza propone un reencuentro suave, afectuoso y sostenido entre dos personas.
El término proviene del italiano carezza, que significa caricia. Y en el fondo, de eso se trata: de acariciarse mutuamente desde la presencia, sin expectativas, sin guión, sin metas que alcanzar. El foco no está en lo que se “logra”, sino en lo que se cultiva.
Un enfoque revolucionario (y ancestral)
Aunque pueda parecer moderno, este enfoque tiene raíces en prácticas antiguas de diversas culturas, muchas de ellas orientales, que valoraban la energía sexual no como algo que se libera, sino como algo que se transforma y se comparte. La filosofía taoísta, por ejemplo, ya hablaba del cultivo de la energía sexual como una vía hacia la salud y la longevidad.
En tiempos más recientes, figuras como Alice Bunker Stockham, médica del siglo XIX, escribieron sobre Karezza como una forma de sanar las relaciones y fortalecer los lazos emocionales. Su visión era clara: la intimidad física no tiene por qué generar desgaste emocional ni dependencia, sino todo lo contrario.
Beneficios más allá del dormitorio
Practicar Karezza no solo mejora la conexión en la pareja, sino que también tiene efectos notables en el cuerpo y en la mente:
- Reducción del estrés y mayor serenidad
- Aumento de la oxitocina (la hormona del apego)
- Menos conflictos y más empatía en la relación
- Sensación de plenitud emocional
- Mayor estabilidad energética en la vida diaria
En un mundo acelerado que todo lo mide en resultados y rendimiento, Karezza es una rebelión suave: una manera de hacer el amor sin prisas, sin juicio y sin fin.
¿Es fácil empezar?
No siempre. Al principio puede resultar extraña, incluso incómoda, especialmente si se viene de una visión más convencional de la sexualidad. Pero con práctica, escucha y voluntad de explorar juntos, se convierte en un espacio sagrado que transforma la relación día a día.
No se trata de renunciar al deseo, sino de reorientarlo. De redescubrir el cuerpo del otro como un lugar de refugio, no solo de excitación. De recuperar la ternura como lenguaje principal.
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